El se movía perfectamente entre los caminos de la ciudad subterránea.
Sus habitantes lo ignoraban, y confundían con uno de ellos, pese a sus
notables diferencias. Su piel aun era clara, y sus ojos aun brillaban,
pero en algunas partes de su cuerpo ya
comenzaban a verse los síntomas de cambio, que el ocultaba bajo su
harapienta gabardina y ropajes oscuros. El caminaba en silencio, entre
los susurros de esas extrañas criaturas de aquel lugar que no parecía
existir salvo para unos pocos desgraciados. Caminando entre ellas, como
uno mas, usándolo en su provecho. ¿No era lógico que el se decidiera a
presentarse como "El caminante"?
Tras dejar el paquete, el volvió a su casa. Una vez allí se desembarazo
de todos sus ropajes, y se observo minuciosamente delante del espejo.
Aquel estudio de el mismo se había convertido en una ritual después de
cada trabajo. Miraba cada parte de su
cuerpo, buscando si se había producido algún cambio mas. Los fragmentos
oscuros en su piel seguían sin cambios, y cuando los observaba
detallad amente casi parecían latir. No, latir no. Era casi como el tic
tac de un reloj que indicaba una macabra cuenta atrás. Entonces reparo
en su propio ojo, y en el iris encontró una mancha. Esto era importante.
Los cambios en los ojos eran un paso mas decisivo a la transformación.
Hurgo en los bolsillos de su gabardina y cogió un frasco con las drogas
que había obtenido en este ultimo trabajo. No es que el fuera el genio
que había descubierto la milagrosa cura para impedir el cambio, solo era
un pobre diablo que encontró la forma de frenar el reloj un poco mas.
Se sentó en el sofá, con música, algo tranquilo, e introdujo el ácido
en su boca. Esto era ya parte de su rutina de supervivencia. También lo
eran los momentos pensativos y de reflexión mientras la droga comenzaba a
hacer efecto. Esta vez se pregunto si
todo esto empezó por los actos de alguien. Quizás si pudiera encontrar
un culpable esto tendría algún sentido ¿seria por una mujer?. Pero parte
del proceso era el olvido. Además el ya era incapaz de odiar. No era
extraño. El estaba perdiendo sentimientos y el odio era el mas fácil de
desechar, después de todo ¿por que no librarse de un sentimiento tan
despreciable?. Si, estaba claro que el cambio empezó cuando decidió que
no quería seguir odiando...
Súbitamente empezó a ver colores intensos y las formas de los muebles de
la habitación comenzaron a desdibujarse, indicando así que empezaba a
estar colocado. El tiempo cambiaba en estos instantes, nunca sabia si
pasaban segundos,horas o minutos.
Al levantarse de sus viajes de drogas siempre había una constante mas.
Un cuaderno de notas y un bolígrafo delante. Sabe que escribe bajo los
efectos del LSD pero hasta ahora no encontró el valor de ver que lo hay
ahí dentro plasmado. Se decía
a si mismo
que seguramente ni siquiera entendería lo que estaba escrito. Además le
daba miedo ¿seria de descubrir lo mucho que esta perdiendo?¿ o era un
terror mas banal debido a la creciente adicción a las drogas?
A veces paseaba sin rumbo y sin objetivos por la ciudad subterránea. Al
fin y al cabo en este estado le gustaba estar tranquilo y en silencio, y
aquel era un lugar perfecto para ello. Solía quedarse mirando a las
criaturas, tan aterradoras a primera
vista, pero tan entrañables cuando las miraba de cerca. Jugaba en su
mente, construyéndoles historias sobre que habían sido antes de
convertirse en esos seres. Se preguntaba si habría alguna similitud
entre sus historias. Quizás si encontrara el nexo en común encontraría
una cura. Era curioso como la esperanza era uno de los sentimientos mas
difícil de desarraigar de su ser. ¿seria parte del instinto de
supervivencia programado en los seres humanos?¿el creer que pasara lo
que pasara siempre había solución ayudaria a sobrevivir?. Musito una
sonrisa triste para si mientras una de las criaturas se le acercaba y le
olisqueaba. Curiosamente se comporto como un gato que pedía caricias y
el se las dio encantado. Pero de repente vio pasar un perro que se debió
meter en la ciudad por accidente y en un instante el animal ya estaba
rodeado por las criaturas, entre ellas la que hace un momento estaba
dejandose acariciar, y comenzo a ser despezado cruelmente,no, perdón.
Esas criaturas no tenían ni crueldad. Solo lo parecería...
Antes de regresar a su casa decidió comprobar su buzón de trabajo. Era
un hueco debajo de una piedra de un parque, donde los que le contrataban
dejaban lo que tuviera que llevar o instrucciones con donde debía
recogerlo y a donde debía llevarlo, mas el pago por adelantado. Ya tenia
la suficiente reputación de profesionalidad para poder permitirse el
lujo de cobrar anticipadametne sus servicios.
Miro
que nadie estuviera observando y levanto la piedra. Un paquete pequeño y
una nota. Taquilla 32 de la estación de tren. Lo cogió y volvió a su
solitaria ciudad sombría. Con sus gafas de sol siempre, ya que al salir
de esos lúgubres caminos la luz era de lo mas cegadora.
Le
encantaba la estación de tren, siempre rebosaba vida e historias. Quizás
antes de todo esto el disfrutaba de viajar. Ya no lo sabía. Dejo el
paquete sin problemas en la taquilla. Ultimamente ni siquiera tenia que
preocuparse por la policía. La crisis hacia que fuera mucho mas fácil
sobornarlos para que hicieran la vista gordo. Claro que eso le
preocupaba, si tan fácil era llevar los paquetes ¿que necesidad habría
de sus servicios?.
Entonces reparo en una chica que se bajo del tren. Reparo principalmente
porque tropezó y se cayó al suelo. La ayudo a levantarse, ya que la
compasión era también un sentimiento fuerte y eso le ayudaria a
mantenerse así. La chica le dio las gracias timidamente, no parecía muy
sociable. En cuanto estuvo de pie, el caminante se giro y emprendió el
camino a su casa por "la ciudad"
Tras unos
pocos pasos el oye un sonido. Se giro y a lo lejos la vio a ella. No
podía ser, ¿por que lo siguió?. Corrió como nunca, esperando que no
hubiera ninguna criatura cerca y poder sacarla viva de allí. Pero no fue
así, noto los pasos pesados de varias de ellas, corriendo donde ella...
Pero entonces, ahí fue su sorpresa. Las criaturas se comportaron como gatos dejandose acariciar. ¿Era ella como el?
Se acerco y aparto a los seres sombríos para que se alejaran. Ella estaba en shock. La agarro fuerte, sujetandola por la cabeza y le abrió los ojos.
Se asusto,
estaban llenos de manchas oscuras. Ella estaba en una fase avanzada del
proceso y quizás era cuestión de minutos que se transformara.
Entonces
no sabe porque la agarro aun mas fuerte y la beso. No recordaba como se
hacía. Debió ser el peor beso del mundo pero el lo intento con todo su
ser. Sin cerrar los ojos. Y mirando los de ella, como algunas de las
manchas desaparecían. Finalmente ella se desmayo y el caminante la cargo
como pudo hasta su casa.
Allí la tumbo en la cama y la zarandeo.
-Despierta, necesitas estar consciente para esto.
Rompió una
de las ampollas y ella trago la droga. Estaba asustada y confusa, pero
entro en "viaje" rápidamente. El se quedo a su lado, agarrando sus
manos, que eran preciosas y delicadas, asegurándose de que entendía lo
que estaba pasando.
Se durmió
después de que la droga dejara de hacer efecto. El se reviso en el
espejo, asustado. Tenia mas manchas oscuras en su cuerpo. Pero a la vez
se sentía bien. Hacia tiempo que no se sentía así y quería ponerle
nombre ¿calidez? ¿como se llamaba esa sensación?
No lo tenia claro, pero de alguna forma comprendio que su vida acababa de cambiar...
I like It.
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