Ya en el
supermercado sintió que esto debía ser habitual en el pasado, el
recorrer los pasillos buscando mas cosas que ir directamente a la
sección de congelados. Y ¿por que no un buen vino?.
En la caja volvió a recordar lo caro que es no vivir solo de precocinados.
Se dispuso a cocinar y mientras estaba a ello su teléfono de trabajo sono. Eso es que era un trabajo urgente, y dado que sus ultimas dosis ya las había gastado en la chica no le quedo otra que aceptar.
Termino rápido el plato, algo vegetariano al parecer, y entro en silencio en la habitación y se lo dejo a ella en una mesa junto a la cama. La contemplo un momento y disfruto de su belleza. Eso también era nuevo. La arropo paternalmente, con un gesto totalmente inocente y protector. Y cogiendo su gabardina en una mano, salio de su casa. Y volvió, otra vez, sin dudarlo, a esas calles oscuras, que el bautizara hace 1 año, como la ciudad subterránea
El caminante dejo el paquete y regreso a la ciudad. En este
punto tenéis que saber que el tiempo allí transcurría de una forma
totalmente diferente. A veces un 1 segundo allí era 1 minuto o una hora
en el mundo normal. Y viceversa.En la caja volvió a recordar lo caro que es no vivir solo de precocinados.
Se dispuso a cocinar y mientras estaba a ello su teléfono de trabajo sono. Eso es que era un trabajo urgente, y dado que sus ultimas dosis ya las había gastado en la chica no le quedo otra que aceptar.
Termino rápido el plato, algo vegetariano al parecer, y entro en silencio en la habitación y se lo dejo a ella en una mesa junto a la cama. La contemplo un momento y disfruto de su belleza. Eso también era nuevo. La arropo paternalmente, con un gesto totalmente inocente y protector. Y cogiendo su gabardina en una mano, salio de su casa. Y volvió, otra vez, sin dudarlo, a esas calles oscuras, que el bautizara hace 1 año, como la ciudad subterránea
Sin poder dejar de pensar en los recientes cambios de su vida y en la cantidad de ¿sentimientos? que estaban pasando por su ser, recordó una vieja historia donde se decía que en el centro de la ciudad había cientos de fragmentos de espejo roto donde uno podía ver trozos de su pasado. Hasta ahora no se había atrevido a ir hasta allí, pero quizás el conocer su pasado le ayudaria a entender mas de lo que estaba sucediendo.
Caminó y caminó, ya que no solo el tiempo, sino también las distancias eran diferentes y extrañas en la ciudad subterránea.
Allí estaba, un paraje, mas oscuro aun si cabe, plagado de esquirlas de espejo. Miro en ellos y se vio, mas joven, mas saludable. Estaba con alguien, pero no se veía quien, sino una vaga silueta.
Pero en el espejo mas grande vio algo que apenas recordaba ya. Se vio la primera vez que entro la ciudad. Llorando y queriendo morir. Entro para escapar, para ver si los rumores eran ciertos y terminaban con su vida ya que el no se atrevía a hacerlo por su propia mano.
Y las criaturas vinieron hacia el, quedandose quieto, pasmado, preso del terror y a la vez de fascinancion. Vio a esos seres acercándose a el. Y cerro los ojos, esperando lo inevitable, arrepintiéndose. No paso nada. Pero noto algo tocándole, frió. Alzo la vista, y allí estaban esos monstruos sombríos a su alrededor. ¿Estaban acariciándole?. Y los reconoció, viendo jirones de ropa en algunos de ellos. ¡Eran humanos!. O al menos lo habían sido. Uno de esos seres lo abrazo. Como si fuera una madre gato consolando a su cachorro.
¿por que no habían acabado con el?. Eran esa mezcla de sensaciones desapareciendo ¿verdad? ¿Cuando pierdes las ganas de sentir, te conviertes en ellos?. Fue ahí cuando empezó su vida como el caminante y cuando en sus experimentos descubrió que podía frenar el proceso.
Dejo de mirar el espejo, esbozando una sonrisa triste ahora que había recuperado una parte de sus recuerdos. Y corrió para volver a su casa, junto a aquella chica, esperando verla de nuevo. Ahora quería ver mas cosas, sentir mas cosas.
El plato que le había cocinado estaba vació, y junto a el había una nota que ponía "Gracias, firmado:C". Era la "C" mas bonita que había visto nunca, dibujada con cariño y esmero.
Y se sentó en su cama, oliendo la almohada que aun tenia el olor de ella, en el que antes no había reparado. Y pensó que quizás llevaba mucho tiempo, trabajando para los malos ¿no?. Daba igual, en ese momento, el sintió que la había ayudado un poco. Y se sintió como un héroe.
Y espero que ella comprendiera lo que había pasado, como la revelación que el acababa de tener. Que dejar de sentir no era una opción. Que debían de seguir caminando. El seguiría su vida como un caminante. Y quizás solo quizás, se encuentren de nuevo en la ciudad subterránea. Llevando un paquete el uno para el otro.
Y nuevamente repitió el ritual de observación sobre si mismo, delante del espejo. Como siempre, pero a su vez, de una forma totalmente diferente. Esta vez no tomaría ninguna droga. Iba a probar simplemente a recordar...
¡No sabía que tenías blog! Y como buena costumbre, miro todo lo que tiene. Esta historia tiene una pintaza...
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